El Niño Manzana vivía en su casa del árbol, era independiente y nunca hacia caso a su madre árbol, él pensaba que ya sabía todo. Pero un día haciendo alarde de su rebeldía empezó a juntarse con otras manzanas de dudosa valía, sin importarle de que tipo eran.
Claro, entre ellas había algunas podridas y como era de esperar nuestro amigo manzana acabo contagiado.
Al principio no se dio cuenta, pero una mañana se levanto y vio que el también estaba podrido… en el vivían cuatro gusanos que serian los dueños de su cabeza por siempre jamás.